La gastronomía está basada en la presencia de productos derivados del cerdo. Las tradicionales matanzas caseras proporcionan una gran gama de productos exquisitos al paladar: lomos, jamones, salchichones, chorizos, etc. Algunas de las empresas locales poseen el certificado de D. de O. Dehesa de Extremadura.

Entre los platos más típicos de nuestra tierra, el visitante podrá degustar: suculentos potajes, la chanfaina, las “fatigas”, la caldereta, las setas, las “tostás guisás”, la pipirigaña, las migas y el famoso bacalao en cantina.

Existen también fábricas de aceitunas y aceites reconocidas internacionalmente por numerosos premios y medallas de oro, por su apreciada calidad.

En repostería sobresalen los dulces caseros: perrunillas, roscas fritas, gañotes, prestines y los tradicionales hornazos en Pascua.. Y como no, el delicioso pastelón de hojaldre famoso en toda la región.

En bebida es muy típica la “gloria” derivada del mosto de uva, así como los exquisitos vinos que se elaboran en las distintas bodegas de esta localidad, la mayoría de ellas acogidas a la D. de O. Ribera del Guadiana.
La Vid constituye, junto al olivo y al almendro, el cultivo más importante de esta localidad. Las numerosísimas variedades de la vid, de uvas verdes, moradas o uvas de mesa Eva o Beba, dan lugar a la gran diversidad de vinos con un sinfín de matices de colores y sabores.

El color es el aspecto más llamativo del vino, que puede hablarnos de su pasado. Si observamos un vino con atención descubriremos aspectos de su vida anterior.
El azúcar de la uva es transformado por unas levaduras en alcohol y anhídrido carbónico, convirtiéndose así el mosto en vino.

Todos estos platos y bebidas típicas pueden degustarse en los diversos restaurantes y mesones locales.